03 mayo 2006

PASION

En mis brazos te he tenido
y tu cuerpo acariciado,
no es locura ni pecado
si en tus labios he bebido.
La ternura de tu piel
a besos he recorrido,
como un torrente fluido
tu alma se ha desbordado.
El calor que de ti emanaba
se fundía cual crisol,
era como el mismo sol
a mi cuerpo derretido.
Entre suspiro y jadeos
nuestros cuerpos enlazados,
sólo mis inquietas manos
nos elevaban al cielo.
Caricias y más caricias,
suave erizar del vello,
galopan dos corazones
en el éxtasis supremo.
Como explosión de colores
en tus ojos reflejados,
nuestros ritmos agitados,
en la calma se fundieron.

OFELIO.

2 comentarios:

  1. buenísimo poema. En pocas palabras dice eternas verdades. Le felicito y envidio a la mujer que sea amada por usted. Rosa

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  2. Anónimo12:15 a. m.

    Es tan bello que dan ganas de llorar,cuanto desearia ser amada asi

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