01 septiembre 2010

LA FERIA

Recuerdos de Ceuta ( años 1.950-1.960 )

Llega el mes de agosto. Para los caballas, éste no es un mes cualquiera. Por lo menos en lo que hace referencia a la primera semana del mes, ya que con ella, llega la Semana Grande de Ceuta. La Semana de la Feria. La Semana dedicada a nuestra Excelsa Patrona, Nuestra Señora de Africa. Ceuta está en fiestas. Durante estos dias se dejarán aparcados los problemas cotidianos para vivir la Semana Grande. Son dias dedicados a la cordialidad, a la solidaridad y unión entre cuantos vivimos en ésta Perla del Mediterráneo. Una Semana de Fiesta con nuestra especial forma de sentirla y vivirla, volcándonos en ella con esa peculiaridad tan característica y única que es una de las muchas cosas hermosas que tiene nuestra bendita tierra.
Ha sido un largo año de espera y de incertidumbre para poder gozar de un recinto ferial con el cual nos identificamos todos de una forma total y absoluta.
Amanece el primer dia de Feria y las Bandas de cornetas y tambores de la Guarnición nos despiertan con dianas floreadas y alegres pasacalles, mientras los gigantes y cabezudos bailan y brincan haciendo las delicias de los más pequeños. Saltamos de la cama a toda velocidad y sin pararnos a despejar con fresca agua las huellas del reciente sueño de nuestras caras, partimos raudos hacia donde resuenan las cornetas y tambores para disfrutar del primero de los muchos actos que a lo largo de estos dias se han de llevar a cabo.
El programa de festejos es extenso y variado. Hecho para todas las edades y gustos. Hay tiradas de esgrima en el Casino Militar. Concursos y exposiciones de pintura y fotografía. Concurso hípico. Tiro al plato en Punta Bermeja. La travesía a nado del Puerto. Vuelta ciclista a Ceuta con salida y meta en el Paseo de las Palmeras. Carreras de camareros en el mismo lugar muy divertidas al tener que llevar un servicio en su correspondiente bandeja. Partidos de futbol, tanto en el Campo del Ocho o del 54 ( empleamos las dos denominaciones), etc. Un sin fín de actividades que nos mantienen distraidos y divertidos en las mañanas y tardes de ésta semana de fiestas. La noche por el contrario, tiene un lugar de encuentro de reunión común y de cita obligada de todos los "caballas", el Recinto Ferial.
Cada año surge el mismo interrogante: su extensión y su diversidad. En cuanto a su asentamiento, hace ya muchos años que se efectúa en el mismo lugar. En la explanada que se va consiguiendo mediante relleno en lo que en un futuro será el Muelle Cañonero Dato y donde transcurrido un buen número de años se edificará la Estación Marítima.
Con apenas alumbrado ( años difíciles y presupuesto escaso ) el ambiente festivo es notorio. Los primero puntos de luz tienen su inicio en el comienzo del Paseo de las Palmeras. Luces que compiten con las de carburo de la larga parada de puestos de turrón que se extiende por todo el paseo. Blancas casetas de venta de turrón, fruta confitada, peladillas, piñones, garrapiñadas y otras dulces delicias que hacen abrir los ojos con desespero a toda la grey infantil. El ambiente hacia el recinto ferial es más evidente una vez una vez iniciada la rampa de bajada hacia el Muelle de España. Desde aquí se inician y finalizan las lineas de autobuses ( camionetas ) que con servicio exclusivamente ferial y extraordinario prestará su apoyo logístico a los ciudadanos para su mayor y cómodo desplazamiento hasta la misma feria.
A la altura del Restaurante Delfín Verde, la animación y bullicio es manifiesto. Churrería al aire libre, puestos de ventas de turrones y golosinas. Vendedores de pequeños bastones y gorros fabricados con papeles de colores y que enloquecen a mayores y pequeños. Es difícil dar un paso sin tropezarnos con el "caballa" con su gorrito de marinero o su tarbuch rojo con la media luna de papel de plata. Por el contrario, el sexo femenino se suele adornar con unos pequeños sombreritos de vivos colores y de forma puntiaguda que mediante una pequeña goma como barbuquejo, se sujeta graciosamente en las cabezas de nuestras guapas y gentiles mujeres. Pequeños tenderetes de venta de chucherias, juegos y lindezas semejantes, iluminados mediante luz de carburo nos acompañan en nuestro pasear hasta la misma entrada oficial de la feria. Dicha entrada ( todos los años discutida, pero siempre admirada ) se suele instalar a la altura del Edificio de Aduanas. Suele constar normalmente de tres grandes arcos, siendo el mayor el del medio, que aprovechando la carretera que nos lleva hacia la Puntilla, la transforma en el Paseo Central o Principal de la Feria. El extraordinario colorido de la inmensa cantidad de bombillas multicolores formando arcos y dibujos, es sin dudarlo el punto álgido de todo el espectáculo ferial.


( continuará )

1 comentario:

  1. Anónimo11:13 a. m.

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