05 marzo 2005

Mi Plaza Azcárate

 Vieja plaza, tu recuerdo 
todo lleno de nostalgia
es dicha que en mí alcanza, 
elevándose hasta el cielo;
tus bancos de dura piedra, 
alivio del caminante,
con una voz susurrante, 
reclamaban mi presencia.
 
   La ausencia tan prolongada 
por caprichos de la vida,
me causó profunda herida, 
imposible ser curada;
por eso, al volver a tí, 
ha sido mi mayor anhelo,
Plaza Azcárate, ¡ te quiero ! 
¡ cuánto he debido sufrir !
 
  Bajo la sombra servil 
de tus melancólicos árboles
mil veranos por la tarde, 
yo esperaba revivir.
¿ Aún tendré tiempo ? - me preguntaba -
 ¿ de contemplar el colegio?
¿los estancos? ¿ los comercios ? 
¿ todo cuanto cobijabas ?.
 
   El pasear amoroso 
de tus amados vecinos,
tan pacientes, tan sufridos, 
pero siempre generosos;
atrás quedó el ayer, 
la niñez, la juventud,
hoy es la decrepitud 
de mi personal vejez.
Por eso querida Plaza, 
es para mí lo primero
retener con tu recuerdo, 
lo que a mi corazón le plazca.

Ofelio

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