05 marzo 2005

Playa de Benitez

"In memoriam de Pedro Fernandez y Andrés Sedano"

La luna cae sobre la playa
en la calurosa noche de verano,
el cielo, tapizado todo de estrellas,
hacen sobrecogedor el espectáculo.

Intento fijar en el horizonte
que se abate sobre la silueta del Hacho
el por qué y el cuándo de la vida,
que oculta toda Ceuta en su regazo.

En la impunidad que me ofrecen las tinieblas
y que perecen en ella sinsabores pasados,
contemplo una vez más éste idílico hechizo
que por años me ha tenido embrujado.

Éste mar, ésta playa, éste encanto
que en la noche de agosto me envuelven
y que con los años huella en mí han dejado,
quisiera estar con ellos eternamente
rodeados de nombres tan sagrados
que acuden al misterio de mi mente
con la presteza del rayo desgajado.

Me da pena haber llegado a viejo,
y aunque buenos y malos momentos la vida me ha dado,
no es ese el sentimiento de lo vivido
lo que pudiese aún estar tal vez rememorando.

Pongo a éste espléndido cielo por testigo
con el nombre de Dios en la comisura de mis labios,
que nada material hecho de menos,
ni me preocupan los logros no alcanzados.

Es sencillamente no contemplar las noches de agosto de mi Ceuta,
las que voy a perder con el paso de los años,
el contemplar el azul de su bahía,
de los rayos de sol, cual oro sobre tejados,

de la elegancia de sus espléndidas mujeres,
de la gallardía de la gente en su trato,
de la mano amiga que se extiende,
de intercambiar alegría con encanto,

de oler el jazmín de sus jardines,
el azahar de sus naranjos dorados.
¿ Verdad que me comprendéis, viejos amigos ?
¡ que os habeis ído, y tan sólo, me habeis dejado !

Por eso en ésta Playa de Benitez,
reviven en mí esos tiempos ya pasados.
Va por tí, amigo Pedro
y también por tí, mi buén Sedano.

Ofelio

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