01 mayo 2012

DESPEDIDA

           RECUERDOS DE CEUTA      ( Años 1.950 - 1.960 )

           Tal como dije en el prólogo de Recuerdos de Ceuta, son muchos los recuerdos que acuden a la mente de los que vivimos lejos de nuestra querida Ceuta. He intentado reflejarlos de la manera más auténtica y sencilla posible. Son muchos los años de ausencia obligada de nuestra bella Ciudad y el tiempo ha hecho mella en nuestros cuerpos y en nuestras mentes. Pero lo que permanece inalterable, sin haber menguado un ápice, es nuestro gran amor por nuestra Virgen de África y por nuestra Ceuta natal.
           En la Península se asombran de cómo los caballas queremos tanto a nuestra tierra y como desenterramos el hacha de guerra en cuanto oímos un improperio hacia nuestra Ceuta del alma. No comprenden plenamente nuestra especial capacidad de amar, respetar y sentir que llevamos dentro todos, absolutamente todos los que hemos tenido la inmensa fortuna de haber visto la luz primera en ésta joya de la naturaleza, como es nuestra Perla del Mediterráneo.
          El estar ausente de Ella, enaltece más si cabe nuestro gran cariño y profundo respeto. No es que la queramos más que el residente, es sencillamente que su ausencia la tenemos que suplir con tremendas dosis de ilusión. Los que hemos sido forzados por la vida a echar raices fuera de nuestra vieja e histórica Ciudad, nunca jamás podemos olvidar el momento exacto de vernos obligados a partir con la tremenda incertidumbre de no saber si volveriamos a contemplar de nuevo a nuestro Monte Hacho altivo, a nuestro Paseo de las Palmeras, etc. El ausentarse de Ceuta en estas condiciones es desgarrador, doloroso, tremendamente triste.
         El 20 de noviembre de 1.964, en plena juventud, me vi obligado a realizar esta diáspora. Esa fecha ha quedado grabada para siempre en lo más profundo de mi corazón, junto a la experiencia de haberla podido reflejar en unas cuartillas como testimonio del sentir general de cualquier ceutí ante esa obligada partida..
      Ahora, poner punto final a Recuerdos de Ceuta ( Años 1.950 - 1.960 ) es necesario e irremediable,  ya que no hacerlo así, un recuerdo genera a otros muchos recuerdos y estos a su vez multitud de otros muchos haciendo una historia interminable. Lo que aprovecho como doble despedida, la finalización de estos recuerdos de Ceuta y mi propia despedida física de Ceuta en aquel día de noviembre de 1.964. Las unifico para intentar expresar la profundidad de sentimientos que nos abarca a todos, cuando tenemos que decir adios.
             " La tarde va cayendo lentamernte, las primeras sombras de la noche pugnan por ganar la partida a los últimos rayos de luz. Del claro y diáfano atardecer se va pasando lentamente, muy lentamente a la abúlica y melancólica penumbra que antecede a la noche..
              Sobre la maravillosa bahía de ésta bien llamada Perla del Mediterráneo se reflejan multitudes de luces en fantasmagórica danza, despidiendo destellos de belleza inigualable. Conforme transcurren los segundos, el espectáculo crece en belleza y armonía. La Naturaleza se contempla en todo su esplendor y el espíritu se sobrecoge con un leve erizar de la piel. Son en estas horas del anochecer cuando confluyen en contínuo torbellino en nuestras mentes, un contínuo caudal de recuerdos y añoranzas. Nuestros mejores recuerdos invaden nuestra razón y el corazón parece como si solo quisiese acoger nuestros mejores sentimientos. Una infinita paz nos invade y nuestra mejor voluntad se hace sentir. Nada malo ni nada que pueda enturbiar el equilibrio armónico de nuestro éxtasis tiene cabida en nuestro ser. Ya no somos simples personas con tales o cuales problemas, más bien somos pequeños dioses llenos de infinita paz y felicidad.
             El sonido que rodea toda la escena bien se puede comparar a la mejor melodía jamás interpretada. Las más brillantes notas resuenan en nuestros oídos y todo el cuadro en conjunto, es pura poesía.
             Un barco sale lentamente del puerto, su proa, a punto ya de rebasar la bocana del rompeolas, enfila hacia extraños e imaginarios paises. Nuestra imaginación vuela al compás de su sordo rumrún de máquinas..
             En el Muelle de Pescadores las múltiples y variopintas embarcaciones pesqueras, por su pequeñez y ligereza, son mecidas majestuosamente por la leve marea como una amorosa madre haría con la cuna de su pequeño. Una ligera brisa refresca el ambiente y nos hace percibir el salitre del agua de mar. Bendita mar que es fuente de alimento y sustento de tantas y tantas familias.
            Acomodado en la barandilla del transbordador que me ha de llevar lejos de ésta bendita tierra donde ví la primera luz e inmerso en todo el embrujo de paz y armonía que me envuelve, observo las voluptuosidades del humo del cigarrillo que más que fumar, saboreo, y mi mente recorre una y mil veces los entrañables lugares donde he vivido y en los cuales han transcurrido mis mejores años. Lugares que tal vez nunca más vuelva a ver. Lugares donde he sido inmensamente feliz. Lugares que permanecen y permanecerán para siempre en lo más interno de mi ser, pues forman parte de mí mismo, son parte de mi cuerpo, parte de mi alma. Calle Canalejas, Patio diamante, Plaza Azcárate,......tantos y tantos lugares.Adios pequeña patria mía, adios cementerio donde reposan en paz los restos de los seres más queridos que con el transcurrir de la vida he ido perdiendo. Adios Colegio Lope de Vega, donde comencé a forjar, cual fragua, los fundamentos de mi conocimiento, Adios amigos y conocidos, a dios a todos cuanto me trataron.....
           La sirena del buque, anunciando su próxima salida, me sacan por un momento de mi ensimismamiento. Es el penúltimo aviso para aquellos que aún permanecen en el muelle alargando la despedida de sus parientes y amigos que han acudido a despedirles. Por un momento, la congoja se apodera de mi pecho y un extraño nudo me oprime la garganta. Me siento por unos instantes triste, las lágrimas están a punto de hacer su aparición en mis castaños ojos. Dentro de todo mi ser, siento el grito de rebeldía y de inconformismo que contraponiéndose a la más pura lógica, clama en doloroso quejido intentando impedir mi marcha. ¿ Por qué el hombre no puede vivir donde es feliz? ¿ Por qué debe dejar familia, amigos y lugares queridos para intentar sobrevivir en tierra extraña ? ¿ Por qué tiene que buscar en otras latitudes lo que muy bien se le podría ofrecer en su lugar de origen ?
            Bajo mis piés, noto como el barco se ha puesto en movimiento y como despacio pero con firmeza se va separando poco a poco del muelle. A mi alrededor, se agitan pañuelos en señal de despedida por parte de algunos pasajeros hacia sus amados seres queridos que poco a poco van siendo empequeñecidos por la lejanía.. Las sombras de la noche cubren por completo ésta bendita Ciudad de Ceuta, destacando sobre ella, la silueta del Monte Hacho con su imponente fortaleza y allá a lo lejos, la inmensa mole de la montaña de la Mujer Muerta, aunque yo siempre la he considerado la Mujer Dormida, tal vez por encontrar más poético éste nombre y por parecerme más natural y romántico. En suave balanceo, el transbordador cruza con decisión el Estrecho. El agua del mar es cortada limpiamente por la quilla del buque y el blanco oleaje se va perdiendo en la lejana y ya oscura noche africana.
            El aire es más fresco y es necesario abandonar la cubierta y buscar protección en las salas interiores. El cigarrillo se ha consumido entre mis dedos y ni siquiera he sido consciente de ello. Por un momento, he abandonado el barco y me he quedado en tierra. Bruscamente he tornado a él. El espíritu se ha vuelto a fundir con la materia. ¿ Estará muy lejano el día, en el cual ambos se separen de una vez y para siempre ?
           Mientras me voy alejando dada vez mas de mi tierra, casi diría que sería eternamente feliz de que llegara ese momento ahora, precisamente en éste instante en el cual, aún conservo grabada en mis pupilas, la insuperable belleza de éste Rayo de Sol de España en África. "
          Finalizo aquí mis despedidas. En ambas no os digo adiós, simplemente, hasta luego, ya que si se me permite, seguiré colaborando en ésta web mediante breves cuentos y relatos, eso sí, relacionados siempre con nuestra querida Ceuta.
          A todos, mis sinceras gracias por leerme y permitirme gozar de vuestra compañía.

                                                                         Ofelio

1 comentario:

  1. Anónimo1:45 p. m.

    Gracias Ofelio por tus relatos. Se los leia a mi madre cada mes junto con mis hermanas. Hasta que mi madre nos dejó, hasta los ultimos dias pedia leerte. Ya no está con nosotras, pero tus relatos es la forma maravillosa de recordarla todos los dias. No se que dirán los demas pero tus relatos son como un balsamo. Gracias Ofelio, mil gracias. Besos de Mari Tere. Salou Tarragona

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