Pescador de sueños.

Sentado en la roca
guardando silencio
el viejo musita
tal vez un recuerdo;
sus curtidas manos
preparan el anzuelo.
Tardes como ésta
tal vez sin saberlo
el Estrecho mira
y sonrie en silencio;
es cómplice de unir
el mar con el cielo.
El aire marino,
el sol puro fuego,
la paz en el alma,
los viejos recuerdos.
Todo es poesía
en tarde de ensueño.
Al fondo está Ceuta,
allá a lo lejos
envuelta en la brisa
del levante quedo.
El sedal en el agua,
penetra en su seno,
simétricas ondas
se expanden en silencio.
Un barco que surge
veloz desde el puerto
invita a soñar,
recordar lo bello.
El viejo sonrie
guardando el secreto,
de Ceuta y su Mar
que forma el Estrecho.

Ofelio.