EL PUERTO (final )

RECUERDOS DE CEUTA ( Años 1.950 - 1. 960 )


El Muelle de España es el punto de llegada y despedida a nuestra Ciudad de las diversas autoridades que nos visitan. En él se realizan las recepciones oficiales y se rinden los honores de ordenanza correspondientes.¡ Cuántas y diversas autoridades han desfilado por tan entrañable lugar ! En ésta década de los cincuenta es frecuente la visita de Ministros, siendo la más frecuente la del titular del Ejército de Tierra.
En éste mismo muelle estuvo atracado durante varios dias y visitado por casi todos los "caballas" el famoso CIUDAD DE TOLEDO. Es un barco de grandes proporciones y que presenta en exposición marítimo-viajera todos los productos elaborados, manufacturados y fabricados en España. Están representadas todas las provincias españolas y dentro de cada stand, los productos típicos y más característicos de cada una de ellas. Desde cerámica, hasta el último modelo de vehículo SEAT. Durante dias, las colas de visitantes son enormes. Nunca jamás se ha tenido el acierto de llevar por el mar y a todo el mundo marítimo los logros y productos genuinamente españoles. Ha sido algo inolvidable.
Dejando atrás el Muelle de España y por el terreno ganado al mar y que antes era una playa llamada de la Sangre, contemplamos la base de hidroaviones. Éste terreno ganado al mar, se va aplanando y años mas tarde se construirá el Muelle Cañonero Dato y aún muchos años después la Estación Marítima. Mientras se construyen tales eventos, en éste amplio y hermoso llano, se suele instalar la Feria de Agosto. Las fiestas patronales de nuestra Ciudad. Es el sitio más característico. La entrada iluminada al recinto ferial se situa justo enfrente del edificio de Aduanas. Se aprovecha el paseo asfaltado que va en linea recta hasta Benitez y el Barrio de las Latas para llevarnos hasta el muelle de la Puntilla. Es a la vez, carretera y paseo ferial. Dicha explanada es tambien aprovechada para las paradas militares que con diversos motivos se efectúan en nuestra Ciudad. Destacando como lugar idóneo para la Jura de Bandera, sin dudar el acto castrense más emotivo e importante en la vida de cualquier joven español.
Al final del mencionado paseo asfaltado y girando hacia la derecha, comienza el muelle de mayor longitud y capacidad de nuestro Puerto. El denominado de la Puntilla o de Poniente. En él atracan los grandes mercantes y los numerosos trasatlánticos que nos visitan y que dejan por las calles de nuestra ciudad una miriada de pintorescos turistas que cámaras fotográficas en ristre visitan nuestros bazares y comercios. El turismo peninsular es practicamente desconocido. Deberán de transcurrir muchos años más para ver la realidad del turismo genuinamente español.
La fábrica de hielo situada en sus inmediaciones no para de dar abasto a los numerosos barcos necesitados de tal menester. Con el transcurrir de los años y debido al empleo de gas-oil como combustible, enormes tuberias y conducciones ocuparon todo el muro de contención del muelle. Tuberias provenientes de Ibarrola, Cepsa o Atlas. Así se fué transformando el muelle para hacer accesible a él, a esos monstruos marinos llamados petroleros.
En su tramo final, en su espolón de iguales características que el del Muelle Alfau, pues ambos forman la bocana de entrada a nuestro Puerto, está situada la base de remolcadores y de prácticos, tan necesarios e imprescindibles. Son los encargados de velar por la seguridad de los buques en las complicadas maniobras de atraque o despegue.
Desde la plazoleta existente en su parte final, se contempla una magnífica perspectiva de nuestra bonita Ciudad. Los últimos rayos solares dan un ligero tono de color pardo a las Murallas del Hacho. Las sombras se van extendiendo lentamente por toda la dársena interior, dando un tono plateado al mar que nos rodea. Es hora de volver sobre nuestros pasos.
La oscura noche africana va envolviendo lenta, muy lentamente a nuestra españolísima Ciudad de Ceuta. Las primeras luces se encienden en la Ciudad y en los numerosos buques sitos en el Puerto. Aún continuan saliendo diversas traiñas que en el próximo amanecer, nos traerán a puerto el producto de su dura pero entrañable labor marinera. El ronroneo de sus motores nos son tan conocidos y familiares, que nos suena a música celestial, a la mejor sinfonía jamás interpretada. Poco a poco vamos quedándonos a solas. Dentro de nuestros corazones queda la paz infinita junto a nuestro amor hacia nuestro Puerto, hacia nuestra Ceuta.
Así es nuestro Puerto, así era hace ya muchos, muchísimos años...........

Ofelio